Terapia individual

Solamente eres necesario tú. Es fundamental que te muestres con una actitud abierta, sin desconfianza y totalmente sincera. Si no piensas que vaya a funcionar, realmente no va a funcionar, porque no te vas a implicar en que sea posible.

En la primera cita se intentan concretar unos objetivos terapéuticos, es decir, unas metas a conseguir gracias al proceso de terapia. Si bien es cierto que, en palabras de pacientes con los que he trabajado, “uno/a decide empezar esto y no sabe muy bien cómo y dónde voy a acabar, pero merece la pena hacerlo porque sin duda consigues estar mejor”. En definitiva, la terapia te proporciona herramientas y estrategias para gestionar mejor lo que sientes y lo que piensas, te ayuda a llevar mejor la situación por la que estás pasando y, sobre todo, te ofrece un aprendizaje para toda la vida, ya que es generalizable a otras situaciones que te puedas encontrar en el futuro (por ejemplo: cambios vitales importantes, momentos de crisis personal, de pareja y/o familiar, situaciones de estrés o de ansiedad, períodos de insatisfacción, etc).

Esta pregunta es bastante común. Lo cierto es que depende de cada caso. No se puede estimar la duración de una terapia ni el número de sesiones que precisarán, ya que depende del proceso terapéutico de la persona y eso es algo bastante impredecible. En la evaluación solamente se puede estimar el pronóstico con cierta aproximación así como los objetivos terapéuticos, y adelantar una serie de aspectos a trabajar.
En los casos de asesoramiento, al tratarse de una demanda más puntual y concreto en el tiempo, la duración suele ser breve y requiere normalmente de pocas sesiones.

Normalmente establecemos las sesiones semanalmente al principio, para poder establecer la relación terapéutica, el ritmo de trabajo, el compromiso y la implicación del paciente, y que eso conlleve una mayor eficacia del tratamiento psicológico. A partir de ahí, se va aumentando poco a poco el tiempo entre sesión y sesión para poder facilitar que el paciente vaya recuperando autonomía, seguridad y confianza, hasta llegar a una fase de seguimiento más puntual y una vez que se comprueba que los logros terapéuticos se mantienen en el tiempo, se procede a dar alta terapéutica.
Sin embargo, hay veces que se puede seguir otro ritmo por características propias de ese caso concreto. Es un aspecto que puede flexibilizarse en función de la información de la entrevista y que se acuerda en consulta.

Esta es una pregunta que se hacen muchas personas, sobre todo porque se suele pensar que lo único que hacemos es escuchar y aconsejar. Lo cierto es que hacemos mucho más que eso. En primer lugar, tenemos una formación de muchos años y especializada, la cual no termina nunca, ya que como el resto de personal sanitario, nunca dejamos de estudiar ni de actualizarnos en nuevas formas de abordajes, reciclarnos en nuestros conocimientos: mediante asistencia a Congresos Nacionales e Internacionales, Cursos de Formación y Talleres Vivenciales, Master y Cursos de Experto en diferentes áreas de trabajo, Doctorados Universitarios, revisión de la literatura científica así como publicación de artículos científicos en revistas especializadas…. Por lo tanto, somos personas altamente cualificadas para trabajar en este sector, los cuales somos reconocidos como profesionales sanitarios.
Además, no solamente es el tiempo de dedicación durante la sesión (la cual comprende una hora de duración aproximada), sino el tiempo de preparación de la misma que se realiza fuera de la sesión (para plantear qué ejercicios realizar, preparar la sesión, etc).

Esta situación nos la encontramos a veces en nuestro trabajo. Es importante hacer ver que dedicamos nuestro tiempo a nuestro trabajo, y como en cualquier trabajo, el tiempo tiene un valor, no sólo económico. Recordamos también que somos profesionales autónomos en la mayoría de los casos, eso significa que una hora que no trabajamos es una hora que no facturamos. Por tanto, agradecemos que se avise siempre con la mayor antelación posible si no se puede o no se quiere acudir a la cita programada, para poder gestionarlo con tiempo y que ese hueco pueda aprovecharlo otra persona que lo necesita y no se quede vacío, no sólo por nosotros los profesionales, sino porque hay veces que otra persona se puede quedar en lista de espera para una cita o tener que esperar a otra semana porque no hay huecos disponibles. Es algo tan simple como mandar un mensaje SMS o a través de whatsapp si no puedes llamar por teléfono, a ser posible con varias horas de antelación a la hora de la cita programada, salvo casos excepcionales por situaciones de fuerza mayor.
Según nuestro Código Deontológico profesional, si no se avisa con suficiente tiempo de antelación y si esta situación se repite en varias ocasiones, el profesional es libre de suspender la terapia y romper la relación terapéutica, siempre con preaviso. Asimismo, puede reclamar el abono de la sesión aunque no se hayan presentado.

Independiente de la modalidad de la sesión (ya sea telefónica, on line, presencial o por mail), la confidencialidad es un principio básico en nuestro trabajo y presente en nuestro Código Deontológico, así que lo que se dice en la sesión se queda entre tú y yo, a no ser que sea con tu consentimiento.